El tema de las pesadillas y los terrores nocturnos de los niños es uno de los temas que más preocupa a los padres hoy en día. Los papás que pasan por esta etapa se enfrentan a noches muy movidas, con muchos despertares, llantos desesperados y múltiples llamadas para acudir a su lado. Son muchas las preguntas que llegan a consulta sobre la normalidad de estas situaciones y qué podemos hacer para ayudar a los niños a enfrentar y superar esta etapa.
Las pesadillas suelen aparecer a partir de los 18 meses. Se manifiestan cuando el niño se despierta alterado después de un mal sueño y reclama a sus padres. En los terrores nocturnos el niño no está totalmente despierto, llora o grita y es más difícil de consolar. El movimiento nocturno es algo habitual, impide conciliar el sueño “de un tirón”, lo que conlleva un cansancio para grandes y pequeños.
Pero el modo de enfrentarlas es crucial para superar este período sin perder los nervios. Aquí van unos consejos:
- Debemos estar con él hasta que el susto remita, esperaremos a que se tranquilice y le animaremos a tumbarse de nuevo. Acude a su lado, abrázalo, bésalo e intenta que se relaje.
- Lo primordial es la ayuda familiar. Es una etapa que pasa y no debemos alarmarnos demasiado. Ponernos en su lugar nos ayudará a verlo desde su perspectiva. Si no somos nosotros los que estamos en casa es importante que la persona que está con él reciba toda la información necesaria sobre cómo actuar y, además, sea conocida para el niño.
- Evita regañarle o no hacerle caso, no lo veas como una tontería o “cosas de niños”. El sentimiento de miedo es real, necesita aprender a calmarse y los padres somos la principal fuente de ayuda.
- Controla el cuento y la programación televisiva. Escenas violentas o demasiada actividad antes de ir a la cama puede provocar nerviosismo. Una buena idea es usar nuestra imaginación e inventar una historia en el que el protagonista sea un niño con su mismo problema y que encuentra una solución.
- Algunas situaciones del día a día pueden crear nerviosismo en el niño. Lo que para nosotros es algo cotidiano (como hablar con desconocidos o llevar un ritmo muy rápido), para él puede ser agotador o temeroso. También hay situaciones que le gustan pero al mismo tiempo le pueden generar miedo (los cochecitos de una feria, animales…). Estemos al tanto para evitarlo en la medida de lo posible.
- Existen una serie de miedos comunes: a la oscuridad. Con algo de luz en la habitación sería suficiente como un adhesivo luminoso, enchufes bombilla, la luz de la calle por la ventana… Es muy bonito jugar a escuchar sonidos de la calle e identificarlos a oscuras. Pero las sombras suelen jugar malas pasadas. Jugar con linternas, crear figuras y ser creativos con ellas también puede ayudarles. Los monstruos o seres malvados es otro miedo común en los niños. Cuidado con los dibujos y los programas de televisión. Aquí es donde nuestra imaginación y creatividad son las mejores armas para acabar con ellos. Inventad una historia para capturarlos, un superhéroe o que hay una burbuja protectora alrededor de la cama. Caben muchas posibilidades, tantas como padres imaginativos.
En las diferentes editoriales existen multitud de cuentos que tienen como protagonistas monstruos divertidos, ogros y otros personajes que pueden generar miedo. Nosotras recomendamos uno en concreto que, aunque para niños más mayores, puede ser adaptado por los padres según la edad: “Yo mataré monstruos por ti” de Santi Balmes, un libro dulce y maravilloso que cuenta la historia de una niña y una monstrua que superan sus miedos juntas. Y algo económico, en las bibliotecas municipales podréis encontrar muchos libros de este tipo, algunos de ellos con guías para padres muy útiles.