Croquetas de pollo (receta casera fácil)

Receta de croquetas de pollo

Las croquetas de pollo son uno de esos platos que siempre apetecen, ¿no? Da igual si es verano, invierno, o si las haces un martes cualquiera porque te ha sobrado pollo del día anterior. Tienen ese algo que nos lleva a casa, a la cocina de la abuela, a cuando te quemabas la lengua porque no podías esperar a que se enfriaran. Y sí, siguen teniendo ese mismo efecto hoy en día.

Lo bueno de esta receta de croquetas caseras de pollo es que, además de estar buenísima, es una forma genial de aprovechar restos. Si te ha sobrado pollo asado, cocido o incluso a la plancha, no lo tires ni lo dejes olvidado en la nevera. Con un poco de mimo y cuatro cosas más, lo conviertes en croquetas. Y claro, ahí ya no hay quien se resista.

A ver, hacer croquetas de pollo caseras no es difícil, pero sí tiene su truco. Hay que pillar el punto a la bechamel, dejar que la masa repose lo justo, y tener paciencia para formarlas. Pero una vez que le coges el rollo… es un no parar. Hoy te cuento cómo las hago yo, con mis trucos, y con opciones para hacerlas incluso en freidora de aire si no te apetece freír en aceite. Vamos al lío.

Receta de croquetas de pollo caseras

Ingredientes

    Para la masa

  • 250 g de pollo cocido o asado (desmenuzado bien fino)
  • 50 g de mantequilla
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 60 g de harina de trigo
  • 500 ml de leche entera
  • 1/4 de cebolla (picadita bien fina)
  • Sal al gusto
  • Pimienta negra molida
  • Una pizca de nuez moscada

    Para rebozar

  • 2 huevos
  • Pan rallado
  • Harina

    Para freír

  • Aceite de oliva o el que uses normalmente para freír

Cómo hacer croquetas de pollo fáciles

  • Hacer Croquetas Pollo
    • Pon en una sartén amplia la mantequilla con el aceite y caliéntalos a fuego medio. Cuando la mantequilla esté derretida, añade la cebolla muy picada y deja que se cocine unos 7-8 minutos, hasta que esté transparente y blandita. No te saltes este paso, que la cebolla le da el toque.

    • Añade la harina directamente sobre la cebolla pochada y remueve bien. Hay que cocinarla al menos 2-3 minutos, sin dejar de mover, para que pierda el sabor a crudo. Este paso es clave: si ves que se empieza a pegar un poco, baja un pelín el fuego.

    • Ahora ve añadiendo la leche poco a poco, sin dejar de remover con una cuchara de madera o unas varillas. Al principio parece que no se integra, pero tú sigue, que acaba cogiendo cuerpo.

    • Cuando ya tengas una bechamel espesa y sin grumos, salpimienta al gusto y añade una pizca de nuez moscada si te gusta ese punto especiado.

    • Incorpora ahora el pollo picado, que ya tienes desmenuzado de antes, y mézclalo bien con la masa. Baja un poco el fuego y remueve durante unos 5 minutos más, para que todo quede bien ligado y el pollo coja sabor.

    • La masa tiene que quedar espesa pero cremosa, y despegarse fácilmente de las paredes de la sartén. Si eso pasa, buena señal: está en su punto.

    • Vierte la masa en una fuente previamente engrasada con un poco de aceite o mantequilla. Alísala con una espátula y cúbrela con film transparente, tocando la superficie para que no se forme costra. Déjala enfriar a temperatura ambiente y luego métela en la nevera al menos 4 horas. Yo normalmente la dejo de un día para otro, así me aseguro de que está bien firme.

  • Receta Croquetas Pollo Caseras
    • Forma las croquetas con las manos o con ayuda de dos cucharas. Aquí ya va en gustos: hay quien las hace redonditas, otros más alargadas. Lo importante es que queden del mismo tamaño para que se cocinen igual.

    • Reboza las croquetas pasándolas primero por harina, luego por huevo batido y luego por pan rallado. Si quieres un rebozado más crujiente, puedes hacer doble o incluso triple capa (harina, huevo y pan).

  • Hacer Croquetas
    • Terminamos de dar forma con las manos y vamos dejando las croquetas en una bandeja.
    • Fríelas en abundante aceite caliente, unos 180 °C, hasta que estén doraditas por fuera. No pongas demasiadas de golpe para que no baje la temperatura del aceite. Sácalas y ponlas sobre papel de cocina para quitar el exceso de grasa.

Y listo. Ya tienes unas croquetas de pollo que no tienen nada que envidiar a las de tu madre (bueno, igual un poco sí, pero casi).

Croquetas Fáciles De Pollo

Consejos para que las croquetas de pollo te salgan de escándalo

A ver, que sí, que la receta no es súper complicada, pero como todo en esta vida, tiene sus pequeños secretos para que te salgan de rechupete. Aquí te dejo algunos trucos que a mí me funcionan de maravilla:

El secreto para que las croquetas no se abran

¿Te ha pasado alguna vez que estás friendo las croquetas de pollo tan ricamente y de repente… ¡zas! Se abren y se sale todo el relleno? ¡Qué rabia da! Para evitar este drama, hay varios truquillos.

  • El reposo es oro. Ya lo he dicho antes, pero lo repito porque es fundamental. La masa necesita enfriarse bien en la nevera, ¡mínimo cuatro horas! Si la dejas de un día para otro, mejor que mejor. Así se asienta bien y es más fácil de manejar.
  • Un rebozado a conciencia es clave. Asegúrate de que quede bien pegado a la croqueta. Pásalas bien por harina, luego por huevo batido (que cubra toda la superficie) y por último por pan rallado, apretando un poquito para que se adhiera bien. Si quieres un extra de protección, puedes hacer un doble rebozado: harina, huevo, pan rallado, ¡y otra vez huevo y pan rallado!
  • Cuidado al freír. El aceite tiene que estar caliente (unos 180ºC, puedes usar un termómetro de cocina para controlar la temperatura), pero no humeando. Si está demasiado caliente, se dorarán muy rápido por fuera y se pueden abrir antes de que se caliente bien el interior. Y no metas demasiadas croquetas a la vez en la sartén, que baja la temperatura del aceite y también se pueden romper.

¿La masa no queda bien? ¡Te doy la solución!

A veces, la bechamel se nos puede resistir un poco. No te agobies, ¡tiene solución! Si queda líquida, no te desesperes. Puedes volver a ponerla en la sartén a fuego bajo y remover sin parar hasta que espese un poco más. Si ves que tarda mucho, puedes disolver una cucharadita de harina de maíz (Maizena) en un poquito de leche fría y añadirla a la bechamel, removiendo hasta que espese. ¡Ojo! No te pases, que luego queda como engrudo.

Si tiene grumos, ¡a todos nos ha pasado! Si son pocos, puedes intentar deshacerlos removiendo enérgicamente con las varillas. Si hay muchos, lo mejor es pasar la bechamel por un colador fino. ¡Mano de santo! Y si queda demasiado espesa, añade un poquito más de leche caliente poco a poco, sin dejar de remover, hasta que consigas la textura deseada.

Congelar sin que se peguen: el truco definitivo

Las croquetas de pollo son perfectas para tener hechas con antelación y congelar. Así, cuando te apetezcan, solo tienes que freírlas. Primero, enfríalas por completo antes de meterlas al congelador. Luego, congélalas en una bandeja separadas entre sí durante un par de horas, hasta que estén sólidas. Así evitarás que se peguen. Una vez congeladas, guárdalas en bolsas o táperes herméticos. ¡No te olvides de poner la fecha! Y para freír, no hace falta descongelarlas. Fríelas directamente en aceite caliente durante unos minutos más de lo normal, hasta que estén doradas y calientes por dentro.

Más ligeras, ¡también se puede! Croquetas en freidora de aire

Si quieres una opción más ligera, puedes hacer las croquetas en la freidora de aire. Empieza por precalentar la freidora a unos 180-200ºC durante unos 3 minutos. Luego, pincela las croquetas con un poco de aceite por todos lados. Cocínalas en tandas, sin que se toquen en la cesta, durante unos 10 minutos, dándoles la vuelta a la mitad del tiempo, hasta que estén doradas y crujientes. Recuerda que el tiempo puede variar según la freidora, así que estate atento.

¿Con qué acompañar las croquetas de pollo?

A ver, que las croquetas de pollo solas son una gozada, pero con una buena compañía, ¡mejor aún! No te compliques mucho, aquí van algunas ideas fáciles:

Los clásicos siempre triunfan: una ensalada fresquita de lechuga y tomate, unas patatas fritas crujientes (¡caseras mejor!), o unas salsas para mojar como mayonesa o alioli. ¡Lo de toda la vida!

Si quieres algo más original, prueba con un pisto manchego para darle un toque de verdura, un poco de hummus para mojar de forma diferente, un sencillo arroz blanco que absorbe los sabores, o una crema de verduras suave para un contraste ligero.

Bueno, pues hasta aquí hemos llegado con nuestras croquetas de pollo. Espero que todos estos consejos te sirvan para que te salgan de rechupete, ¡de esas que no dejan ni las migas! Ya ves que hacerlas en casa no tiene tanto misterio, solo un poco de cariño y seguir los pasos.

Ahora dime, ¿te animas a prepararlas? ¡Seguro que sí! Y si te salen espectaculares, ¡no dudes en contármelo! ¡Nos leemos pronto y a disfrutar de esas croquetas!

Si te encantan las croquetas caseras con sabor a mar, prueba las croquetas de bacalao, donde el sabor del bacalao desmigado se funde en una bechamel cremosa y crujiente. Para un sabor más intenso, las croquetas de jamón son una delicia, con el inconfundible aroma del jamón ibérico en una bechamel suave. Y si buscas una opción de aprovechamiento, las croquetas de cocido transforman los ingredientes del guiso en un bocado sabroso y reconfortante. ¡Tres opciones de croquetas caseras que no te puedes perder!

Más recetas
Croquetas Receta
Pequeocio
Cómo hacer croquetas caseras
Croquetas De Bacalao Receta
Pequeocio
Croquetas de bacalao caseras

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en las estrellas para puntuarlo!

Promedio de puntuación 5 / 5. Recuento de votos: 1

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Ya que has encontrado útil este contenido...

¡Síguenos en nuestras redes sociales!

¡Siento que este contenido no te haya sido útil!

¡Déjanose mejorar este contenido!

Dime, ¿cómo podemos mejorar este contenido?