Coulant de chocolate… solo con leerlo ya se te hace la boca agua, ¿a que sí? Ese bizcochito por fuera aparentemente normal, pero que al meter la cuchara suelta un corazón fundido de chocolate caliente… Vamos, que si eres de los que no puede decir que no a un postre, este te va a conquistar. Y lo mejor es que no hace falta ir a un restaurante caro para comerlo, porque en casa queda espectacular.
Mucha gente se piensa que hacer un coulant es complicadísimo, como si fuera cosa de reposteros con estrellas Michelin. Pero que va, si sigues unos pasos básicos y tienes buenos ingredientes, te aseguro que lo puedes clavar en tu horno, sin volverte loco. Eso sí, hay un par de detalles que marcan la diferencia y te los voy a contar más abajo, porque aquí venimos a hacer coulant de chocolate como Dios manda.
Y te lo digo por experiencia: más de una vez los he hecho para una cena con amigos y han flipado. No sé si es el momento en que se rompe la parte de arriba y sale el chocolate, o el contraste con una bola de helado frío encima… pero siempre triunfa. Así que venga, ponte el delantal, que te explico cómo hacerlo paso a paso.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de coulant casero de chocolate
Ingredientes
- 170 g de chocolate negro
- 150 g de mantequilla
- 3 huevos
- 70 g de azúcar
- 50 g de harina de trigo
Cómo hacer coulant de chocolate fácil
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- Precalienta el horno a 200 ºC, calor arriba y abajo, sin ventilador.
- Funde el chocolate con la mantequilla. Puedes hacerlo al baño maría o en el microondas, pero si optas por el micro, hazlo en intervalos cortos de 30 segundos y removiendo cada vez. Que el chocolate se quema en un abrir y cerrar de ojos, y luego no hay quien lo salve.
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- Mientras se enfría un poco el chocolate, bate los huevos con el azúcar. No hace falta que montes claras ni nada de eso, simplemente bate bien hasta que esté todo integrado y con un color tirando a clarito.
- Añade la mezcla de chocolate y mantequilla a los huevos batidos, poco a poco y sin dejar de remover. Hazlo cuando el chocolate ya no queme, que si no te cuaja los huevos y se lía parda.
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- Incorpora la harina tamizada. Esto ayuda a que no se hagan grumos. Remueve con una espátula o varillas hasta que quede una masa fina y uniforme. Aquí puedes meterle alguna ralladura de naranja si te mola el rollo cítrico con chocolate. Yo a veces lo hago y queda top.
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Engrasa los moldes. Usa mantequilla y espolvorea un pelín de harina o cacao en polvo. Así te aseguras de que el coulant no se quede pegado y salga entero.
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Llena los moldes hasta ¾ partes. Nada de llenarlos hasta arriba, que luego suben un poco y no queremos volcanes de chocolate derramados por todo el horno.
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Mételos al horno 8 minutos, ni uno más ni uno menos. Este punto es clave. Cada horno es un mundo, pero en la mayoría con 8 minutos te queda el borde hecho y el centro líquido. Si dudas, haz uno de prueba. Si al abrirlo sale chocolate fundido… ¡has triunfado!
- Sirve caliente, recién hecho. Y si le pones una bola de helado de vainilla encima… ya me contarás.
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Desmolda con cuidado. Espera un par de minutos, pasa un cuchillo por el borde si hace falta, y da la vuelta al molde sobre un plato.
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Así de fácil, y aún así si te queda alguna duda, te dejo también la receta en vídeo:
Consejos para que el coulant de chocolate te quede perfecto
El tiempo de horneado es la clave
Esto no es un bizcocho cualquiera. Si te pasas de horno, te queda seco por dentro, y si te quedas corto, puede que ni se aguante al desmoldar. Por eso, te recomiendo que hagas uno de prueba la primera vez. Así pillas el punto exacto de TU horno, que cada uno es un mundo.
Usa buen chocolate
No hace falta que sea carísimo, pero sí que tenga al menos un 55 % de cacao (yo te aconsejo 70% si eres fan del chocolate negro como yo) y que no sea una tableta de esas con mil cosas raras. Cuanto mejor sea el chocolate, más rico el coulant. Es lo que marca la diferencia, créeme.
Moldes individuales, siempre
Puedes usar flaneras, ramequines o moldes de aluminio desechables. Los de silicona también van bien, aunque a veces cuesta un pelín más desmoldarlos. Eso sí, engrásalos bie con mantequilla y espolvorea con harina o cacao para que no se te quede pegado el bizcochito.
¿Se pueden congelar? Claro que sí, y es lo mejor que puedes hacer
Mira, esto es un truco buenísimo si quieres tenerlos listos para una ocasión especial o para darte un capricho sin tener que hacer toda la receta de nuevo.
Así se hace:
- Prepara la masa y llénalos en los moldes como siempre.
- En lugar de hornear, mételos directamente al congelador.
- Cuando estén duros, puedes envolverlos en film y guardarlos en una bolsa hermética. Así no ocupan tanto espacio.
- Para hornear desde congelado, no hace falta descongelar. Solo aumenta el tiempo de cocción unos 2-3 minutos más (o sea, unos 10-11 minutos en total). Y vigila que no se pasen, que siguen siendo coulants, no magdalenas.
Cómo acompañar el coulant de chocolate casero
El coulant o volcán de chocolate por sí solo ya es una maravilla, no te voy a mentir. Pero si quieres llevarlo al siguiente nivel, acompañarlo bien puede marcar la diferencia. Lo primero que se nos viene a la cabeza, claro, es el helado. Y no es casualidad, el contraste entre el bizcocho caliente y el helado frío es simplemente perfecto. El más típico es el de vainilla, que nunca falla. Pero si te apetece innovar, puedes probar con helado de frambuesa, que le da un punto ácido muy interesante, o uno de coco, que queda súper suave y combina de lujo con el chocolate negro.
Otra opción muy chula es ponerle fruta fresca. Los frutos rojos son tus mejores aliados aquí. Frambuesas, moras, fresas… todo eso le da frescor y acidez, que equilibra muy bien lo intenso del chocolate. Además, visualmente queda precioso. Y si quieres ponerte en modo chef, una hojita de menta por encima le da un toque fresco y elegante. Solo con eso ya parece un postre de restaurante.
También puedes darle un toque crujiente con un poco de nueces troceadas, algo de barquillo o incluso praliné. Ese juego de texturas con el interior fundente del coulant queda brutal. Y si eres de los que nunca tiene suficiente chocolate, puedes añadir un poquito más por encima rallado.
La idea es que no sobrecargues el postre, pero sí que lo complementes con algo que le dé contraste. Temperatura, textura o sabor. Lo que el cuerpo te pida ese día.
Y ya está, no tiene más misterio. El coulant de chocolate parece algo de otro mundo cuando lo pruebas, pero en realidad es facilísimo de hacer en casa. Eso sí, hay que pillarle el punto al horno, no te voy a engañar, pero una vez que le coges el truco, lo puedes tener listo en 15 minutos y quedar como un auténtico maestro pastelero.
Lo mejor de todo es que se puede preparar con antelación, congelar y tenerlo listo para cuando te apetezca darte un capricho. Que oye, de vez en cuando hay que cuidarse… pero también hay que mimarse un poco, ¿no?
Si te gustan los postres intensos y cremosos, no puedes dejar de probar la tarta tres chocolates, una receta en la que el contraste entre los chocolates blanco, con leche y negro te dejará sin palabras. La tarta Sacher es otro clásico irresistible, con su capa de mermelada de albaricoque y su suave ganache de chocolate, perfecta para los amantes de los sabores más elegantes. Y si eres de los que disfrutan de la combinación de texturas, la tarta de chocolate con ganache es ideal, con su base jugosa y su relleno de ganache de chocolate que se derrite en la boca.