Divertido, sano, liberador… El esquí es uno de los mejores deportes para practicar en familia. Por eso, los paisajes nevados y las estaciones de esquí se convierten en uno de los planes más atractivos para las vacaciones de invierno. En España existen numerosos lugares para practicar este deporte, pero sin duda esquiar en familia en Grandvalira es una de las opciones que más disfrutan los niños.
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Ventajas de esquiar con los más peques de la casa
Numerosos estudios científicos han demostrado los beneficios tanto físicos, como fisiológicos y psicológico que deportes como el esquí nos aportan. Mantenernos activos no solo nos ayuda a que nuestro cuerpo no se oxide y a que no pierda movimiento, sino que además ejercitándolo estaremos dando ejemplo a nuestros peques y haciéndoles interiorizar inconscientemente hábitos saludables.
Además, deportes como el esquí son ideales para cuidar aspectos como la autoestima, el estado de ánimo y a mejorar su capacidad de socialización, ya que les permiten, por una parte, crear sus propias metas y retos y, por otra, ofrecen la posibilidad de practicarse tanto en solitario como en grupo. Así, puede decirse que el esquí será una buena manera de tener nuevas experiencias positivas, y fomentar la vitalidad que ya tienen de por si nuestros hijos.
Además, el hecho de practicarlo en familia es una buena ocasión para afianzar las relaciones entre padres e hijos y ayudar a un aprendizaje mutuo.
¿Cómo prepararse para unas vacaciones en la nieve?
Cuando viajamos en familia, y especialmente si lo hacemos con niños pequeños, tenemos que tener en cuenta varios factores para que la experiencia sea única y no los expongamos a ningún riesgo. Para ello, deberemos valorar las siguientes cuestiones:
¿Qué edad tienen nuestros hijos?
Hasta los 5 o 6 años, nuestros hijos todavía no serán capaces de tener una coordinación de tipo psicomotriz para practicar esquí solos. Sin embargo, eso no significa que no podamos ir con ellos a la nieve. Es más, todo lo contrario. Cuanto antes entren en contacto con ella, antes podrán familiarizarse con ese ambiente y más motivación tendrán para aprender a esquiar. En esta etapa podrán disfrutar de la nieve sobre todo mediante el uso de trineos. A partir de los 5 años, ya podrán experimentar por si solos este deporte. Hasta entonces, deberán estar sujetos en todo momento por un adulto, para evitar caídas graves o deslizamientos.
¿Cuáles son las previsiones meteorológicas?
Este factor es muy importante ya situaciones de frío intenso o de mucho calor son demasiado extremas para nuestros pequeños. Por ello, además de dotarlos del material requerido, en la maleta no deberán faltar ni las gafas de sol ni la crema solar.
¿Qué ropa ponerles?
Ir a la nieve requiere llevar ropa adecuada, especial para el frío. Al llegar a la estación, lo ideal es poner a nuestros hijos un mono completo, que los proteja del agua y de las posibles rozaduras Las manos, la cabeza y la cara deberán cubrirse lo máximo posible con guantes, bufanda y gorro.
¿Cuánto tiempo queremos pasar esquiando?
La respuesta a esta pregunta suele depender del tiempo que tengan los padres para irse de vacaciones con los peques. Según el número de días libres con los que contemos, podremos escoger entre las numerosas ofertas, a las que se puede acceder por medio de páginas como Esquiades.com. Pero, además, a la hora de elegir la duración de nuestras vacaciones en la nieve, deberemos tener en cuenta las condiciones de nuestros hijos. Muchos días seguidos esquiando pueden causarles demasiada fatiga, por eso, en el caso de que tengamos muchos días de vacaciones, lo mejor será ir alternando días de esquí con días de reposo.
Las primeras clases de esquí
Lo primero que deberemos hacer es localizar la zona de la estación de nieve en la que comenzar a enseñarles a nuestros hijos las bases del esquí. Muchas veces encontramos las llamadas pistas debutantes, con cintas o arrastres “suaves”. En ellas, estarán más protegidos y al mismo tiempo podrán comenzar experimentar los que es “esquiar de verdad”.
No deberemos olvidarnos de comenzar primero con un poco de calentamiento para que los músculos de los peques entren en calor y evitar así lesiones inesperadas. A continuación, podremos seguir con posturas simples, trabajando el equilibrio y los movimientos cortos y secos. Poco a poco, nuestro hijo irá cogiendo confianza en el medio y en sí mismo y él solo irá paulatinamente aventurándose en la nieve. Es importante que sienta que estamos con él, si algo les ocurre, pero al mismo tiempo deberemos ir dejándoles cierta autonomía para que experimentar no suponga para ellos un miedo.
Por último, es importante que tengamos en cuenta que, si nosotros no somos expertos en esquí, lo ideal será contar con la ayuda de un profesional de manera que puedan adquirir una buena técnica ya desde sus comienzos.