El cuento a la vista de esta semana nos lleva hasta Japón. Hace ya casi un año, en marzo de 2011, un terrible terremoto y tsunami asoló este país, destruyendo muchas casas y las vidas de muchas personas. Por eso, aunque poco a poco todo ha vuelto a la normalidad, queremos recordar lo que allí ocurrió de la mejor manera que sabemos: a través de la fantasía.
Aquí os dejamos esta historia llena de magia, con la que por aquel entonces nos solidarizamos con Japón y hoy, queremos seguir enviándoles mucha mucha energía positiva. ¡Que la disfrutéis!
Una sirena nada en Japón
Las noticias mostraban imágenes de un mar que arrasaba ciudades enteras, que sepultaba árboles, que convertía la tierra en infierno, en una nada de escombros difícilmente reconocible.
En Madrid, Taeko miraba a Mamá sin comprender nada:
– ¿De verdad eso está pasando donde vive la abuela?
Y Mamá, con los ojos más brillantes y profundos que nunca, asentía en silencio.
– ¿Y ahora la Abuela será una sirena?
Y Mamá no contestó, pero Taeko quiso pensar que era así, que la Abuela Chihiro se había convertido en una sirena que nadaba en aquella ciudad acuática.
– ¡Qué bien! Ahora que en vez de piernas, tiene una enorme cola de pez, la Abuela no volverá a quejarse de su artrosis.
Y Taeko se pasó la tarde imaginando cómo sería aquel Japón submarino, cómo sería vivir bajo el agua, si la sakura marina sería tan bella como las flores de los cerezos en la superficie. Taeko hasta imaginó una bandera, la de un Japón acuático donde Neptuno sería el emperador y la Abuela Chihiro, con su cola brillante de sirena, bailaría hasta el amanecer y sonreiría como lo hacía cada primavera, cuando después de un largo viaje, Taeko y Mamá llamaban a su puerta cargadas de maletas.
Y así fue como consiguió Taeko no sentirse triste al pensar que aquella primavera no harían aquel larguísimo viaje, que por mucho que lo deseara, la abuela Chihiro, con su cola de sirena, no estaría de vuelta cuando el Japón terrestre volviera a asombrar el mundo con su belleza y su fuerza interior.