Es posible que a los más pequeños de la casa les cueste mucho conciliar el sueño cada noche, un problema que no solo se reduce al descanso, sino que les puede afectar negativamente a su crecimiento, desarrollo y comportamiento. Es normal que después de pasar una noche difícil, en este sentido, estén irritables durante el día, tenga problemas de concentración y, por lo tanto, su aprendizaje y formación se vean perjudicadas.

Para establecer una rutina de sueño para los niños que sea eficaz, es muy recomendable conocer el origen que causa la intranquilidad o la incapacidad de estos para conciliar el sueño.

Causas por las que los pequeños no duermen bien

Las causas por las que los hijos no duerman bien pueden derivarse por factores físicos, como problemas de salud (enfermedades, alergias, dolor, molestias físicas…), hasta desórdenes del sueño (apnea del sueño, síndrome de las piernas inquietas, trastornos del ritmo circadiano…), pasando por el consumo de algún producto estimulante (azúcar y refrescos gaseosos), un ambiente inadecuado (ruidoso, iluminado, incómodo…) o por la toma de algunos medicamentos.

No obstante, también se producen por factores emocionales, como puede ser presencia de ansiedad o estrés (preocupaciones, miedos o problemas familiares o en la escuela, pesadillas o terrores nocturnos), excitación excesiva (actividades estimulantes antes de dormir, como ver televisión o jugar videojuegos), problemas de comportamiento (resistencia a la hora de acostarse), hábitos de sueño inadecuados o cambios en su rutina (viajes, cambios en el horario escolar o la llegada de un nuevo miembro a la familia).

6 claves para crear una rutina del sueño en los hijos

Rutinas De Sueño Bebés

Aunque cada niño estará sometido a casos propios y particulares que le impiden descansar y dormir adecuadamente, de forma general, estos consejos contribuirán a que pueda ir consiguiendo, poco a poco, una rutina que le ayude a alcanzar un sueño profundo.

Horario consistente

Establecer una hora fija para acostarse y otra para levantarse, incluso los fines de semana.

Ambiente tranquilo

Habrá que crear un espacio acogedor y oscuro en la habitación del pequeño que esté libre de distracciones, como pantallas o juguetes.

Ritual relajante

Habrá que desarrollar una rutina antes de dormir que incluya actividades tranquilas como leer un cuento, tomar un baño tibio o escuchar música suave, y repetirla cada noche.

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Limitar las siestas

Evitar las siestas largas durante el día para que el pequeño llegue cansado a la noche y pueda dormir mejor.

Alimentación saludable

Dar de lado las comidas pesadas o bebidas azucaradas antes de acostarse. De este modo, se facilitará la digestión y, por tanto, se dormirá con menos molestias.

Actividad física

Por último, es muy importante fomentar el ejercicio físico durante el día, aunque siempre evitando las actividades intensas justo antes de dormir.

La importancia de la rutina de sueño

Con estos prácticos consejos se estará más cerca de obtener ciertos beneficios que ofrecen estar acostumbrados a dormir bien, ya que se establecerá un ritmo biológico, durmiendo cuando llega el momento y despertando con más facilidad.

Una rutina también reducirá el estrés, calmando la mente y el cuerpo, mejorará el aprendizaje, consolidando la capacidad de la memoria y la capacidad para entender nuevos conceptos y habilidades. Además, el sueño es un factor fundamental para un correcto funcionamiento del sistema inmunológico, por lo que se estará más capacitado para prevenir y defenderse de posibles enfermedades.

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