Pasar de la cuna a la cama es un paso muy importante en el desarrollo del bebé. Así como ha aprendido a darse la vuelta, a sentarse, luego a gatear y finalmente a caminar, deberá aprender a dormir en una cama «de niño mayor».
Hoy os damos algunos consejos para un paso exitoso de la cuna a la cama. Primero debemos asegurarnos de que el niño está listo para el cambio y luego, motivarlo para que lo acepte de manera natural y sin sobresaltos.
¡Veamos cómo!
ÍNDICE DE CONTENIDOS
1. Determinar si el bebé está preparado para pasar de la cuna a la cama
No hay una edad para pasar al bebé de la cuna a la cama. Mientras algunos niños abandonan la cuna a los 18 meses, otros lo harán cerca de los tres años. Entonces, ¿cómo saber si el bebé está preparado para pasar de la cuna a la cama?
Una de las formas más fáciles de saber que es el momento de cambiar de la cuna a la cama es cuando el bebé comienza a trepar y saltar la barandilla para salir de su cuna. Parece imposible pero lo he visto con mis propios ojos… ¡Mi hijo de 19 meses escaló una cuna de viaje! Ante esta circunstancia, es bueno comenzar a pensar en una cama para el bebé ya que estas «aventuras» pueden terminar en accidentes. Mientras comenzáis a buscar una cama infantil que se adapte a vuestras necesidades y presupuesto, explicadle los riesgos a vuestro peque y colocad cojines alrededor de la cuna.
Otro indicador de que es el momento adecuado es escuchar por la noche como vuestro hijo se golpea con la cuna mientras duerme. Mi bebé dormía muy mal en la cuna en los últimos tiempos y se debía justamente a que le faltaba el espacio y no estaba cómodo.
Si vuestro peque expresa interés en tener su propia cama (quizás al ver a su hermano dormir en una cama infantil) y sabe bajar de una cama correctamente, quizás sea el momento de cambiar de la cuna a la cama. Podéis incluso probar si duerme bien la siesta en una cama antes de iniciar el proceso.
En mi opinión, si veis que el bebé está feliz en su cuna y duerme bien, no intentéis aún el cambio. Cada paso a su debido tiempo…
2. Preparar al bebé para el cambio
Cada niño es un mundo y mientras algunos sufren un poco al dejar la cuna, otros no manifiestan ninguna molestia (ese fue el caso de mi hijo). De cualquier manera, es bueno que converséis con el niño sobre el paso de la cuna a la cama y os aseguréis de que no coincida con ningún otro cambio grande en su vida como el inicio de la guardería, una mudanza o la llegada de un hermanito. Hago un paréntesis con respecto a esta última situación… Si estáis por tener un nuevo bebé, iniciad con tiempo el paso de la cuna a la cama para que el niño pueda adaptarse y no sienta que su hermano ha venido a «robarle» la cuna.
Una forma divertida de preparar al bebé para el cambio es leerle un cuento sobre el paso de la cuna a la cama o ver juntos algún capítulo de dibujos animados al respecto.
3. Comprar juntos la nueva cama
Dejad que vuestro hijo participe en la decisión de compra. Llevadlo con vosotros a ver camas infantiles, dejad que las pruebe y que escoja, bajo vuestra guía, claro.
Antes de ir a comprar la nueva cama, determinad si deseáis una cama infantil (son más bajas para facilitar el acceso de los niños) o una cama individual tradicional, cuya principal ventaja es que podréis usarla durante más tiempo. En cualquier caso, puede ser recomendable comprar también una barra protectora hasta que el niño se acostumbre a dormir en la cama.
4. Continuar con la rutina habitual
Una vez que tengáis en casa la nueva cama, continuad con la rutina para ir a dormir que hacéis habitualmente. Es importante que el niño se sienta seguro en su nueva cama.
Si veis que el niño no duerme bien y no acepta la cama, no os agobiéis… Dejad que el peque vuelva a la cuna y probad suerte en un par de meses.
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