¿Quién no ha disfrutado alguna vez de un buen masaje? Son conocidos los múltiples efectos positivos: alivia la tensión muscular, favorece la circulación y el correcto funcionamiento de los diferentes órganos, ayuda a la digestión, previene los cólicos y el estreñimiento, regula la respiración, descarga la tensión y la irritabilidad, fortalece el vínculo afectivo… Un sinfín de beneficios.
Los bebés no son una excepción, desde su nacimiento podemos hacerles disfrutar de este momento tan agradable y positivo. Os dejamos unos ejercicios sencillos y prácticos para que la hora del baño se convierta en el momento más especial del día.
Brazos
Levanta su brazo y agarra con las dos manos desde su hombro. Con movimientos rotatorios suaves de adelante hacia atrás hasta llegar a la mano. Una vez en la mano, recorre cada uno de sus dedos desde la palma hasta la punta con presión ligera.
Pecho
Esta es una zona muy delicada para los bebés menores de 2-3 meses. Se recomienda no trabajar en esta parte hasta que su cuerpo se ha fortalecido lo suficiente para aguantar el peso de las manos.
Coloca tus manos juntas sobre el centro de su pecho. Imagina que su tórax es un libro abierto, abre y vuelve a juntar tus manos haciendo un rozamiento como si estuvieras alisando el cuerpo.
Abdomen
Aquí estimularemos el sistema intestinal. Recuerda que la parte donde el intestino elimina se sitúa en la parte inferior izquierda. Así que los movimientos que realicemos deben dirigirse hacia este lado. Al estar situados de frente, nuestra mano derecha es la que hará todo el trabajo.
La técnica de “I love you” es muy completa, este esquema la resume fenomenal.
Piernas
Agarra su pierna con las dos manos y gíralas en dirección contraria hasta llegar al tobillo, como si estuvieras escurriendo un pañuelo con presión suave. La misma técnica que en los brazos.
Espalda
Con las manos juntas desde la parte alta de la espalda, en posición perpendicular a la columna. Deslízalas hasta llegar al culete y repite hacia arriba.
Cara
La zona donde se produce la succión es la que más tensión recibe, también cuando están con los dientes. Cogiendo su carita con suavidad los pulgares se deslizan estirando la zona del labio superior e inferior, haciendo una sonrisa (superior) o una mueca triste (inferior)
Dentro de los contenidos en los cursos de preparación al parto suelen aportar información sobre este tema, la técnica y prácticas con muñecos adaptados. También en el hospital donde nazca el bebé, si el personal está formado en técnicas de Masaje Infantil, podemos encontrar ayuda para principiantes. Otra forma de recibir instrucción, en tu propia casa y con tu bebé, es contar con un especialista que te ofrezca un asesoramiento individualizado, opción con la que Enbrazos cuenta dentro de sus servicios.