Si Cenicienta y La bella durmiente son cuentos clásicos que han pasado a la eternidad gracias a Disney, ¿qué podemos decir de Blancanieves y los siete enanitos? Es más, Blancanieves es el primer largometraje animado que realizó Walt Disney, hace ya ¡80 años! ¡increíble!
Pero lo cierto es que, como todo cuento clásico, tiene orígenes mucho más lejanas… ¿la historia original será igual a la que conocemos de Disney? Vamos a averiguarlo juntos: primero leeremos nuestra adaptación del cuento original, luego podremos ver el cuento animado en vídeo, saber quién escribió Blancanieves y los 7 enanitos, qué diferencias hay con la versión de Disney, y también aprender la moraleja de Blancanieves… ¿listos? ¡Vamos a ello!
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Blancanieves y los siete enanitos
Había una vez una joven y bondadosa reina que deseaba fervientemente tener una hija. Un día de invierno, mientras paseaba por el jardín de su palacio cubierto de nieve, vio una rosa roja que crecía fuerte y bella a pesar del frío. La reina se inclinó para tocarla, y al hacerlo se pinchó con una espina. Tres rojas gotas de sangre cayeron sobre la cándida nieve; la reina al verlas deseó tener una hija con los labios rojos como la sangre, la piel tan blanca como la nieve y el pelo negro como las alas del cuervo.
Su deseo se cumplió cuando nació su preciosa hija. La reina y su esposo, el rey, decidieron llamar a la princesita Blancanieves. Todo era perfecto en las vidas de la familia real, hasta que poco después la reina enfermó gravemente y murió. El rey creía que Blancanieves necesitaba una madre y su reino una nueva reina, por lo que al tiempo se volvió a casar. La madrastra de Blancanieves era una mujer hermosa, pero con un corazón frío y egoísta.
La Reina Malvada
Pero la nueva reina escondía un secreto siniestro: en realidad era una poderosa hechicera obsesionada por permanecer siempre joven y bella. La Reina Malvada poseía un espejo mágico, al que consultaba a diario:
–Espejo espejito, dime una cosa, ¿qué mujer de este reino es la más hermosa?
Y el espejo mágico siempre le respondía:
– Eres tú mi reina, la más hermosa de este reino y de todos los demás
Pero los años pasaron, y Blancanieves creció hasta convertirse en una jovencita encantadora. Cuando cumplió 17 años, su belleza era tal que la Reina Malvada, preocupada, volvió a consultar al espejo:
–Espejo espejito, dime una cosa, ¿qué mujer de este reino es la más hermosa?
La respuesta del espejo mágico la dejó sin habla:
– Sin duda tú, mi reina, sigues siendo una mujer hermosa; pero tu hijastra Blancanieves, es mil veces más hermosa que cualquier otra mujer de este reino y de todos los demás.
La Reina Malvada enloqueció de rabia. No estaba dispuesta a soportar que nadie pudiese ser aún más hermosa que ella, era lo único que le importaba en el mundo. Haría cualquier cosa para seguir siendo la mujer más bella, a cualquier costo…
Un plan estremecedor
La Reina Malvada mandó a llamar a un cazador; cuando el hombre llegó al palacio, la reina le ordenó que se llevara a Blancanieves al bosque, y allí la matara. Al ver una sombra de horror en los ojos del cazador, le exigió que como prueba de la muerte de su hijastra le llevara su corazón. Si no cumplía con la orden, respondería con su propia vida…
El hombre se llevó a Blancanieves al bosque, pero no tuvo el valor de matarla; era un hombre bueno, y al ver el rostro dulce e inocente de la joven, decidió engañar a la reina para salvar la vida de Blancanieves y también la suya. El cazador le dijo a la joven:
– Tu madrastra es una mujer malvada que quiere verte muerta. Yo no cumpliré sus órdenes, pero tienes que irte del palacio y nunca regresar, de lo contrario tu vida, y también la mía, corren peligro.
Dicho esto dejó a Blancanieves en el bosque y se marchó. Mató a un jabalí, le quitó el corazón y se lo llevó a la Reina Malvada, que satisfecha al ver realizado su horrible plan, no sospechó nada.
Blancanieves y los siete enanitos
Blancanieves vagó por el bosque sin saber muy bien qué hacer. De repente, en un claro descubrió una pequeña casita: golpeó a la puerta, pero como nadie respondió y estaba muy cansada, entró.
En el interior de la casita todo era pequeño: la mesa estaba servida con siete platos con sopa, siete vasos y siete cucharas. Blancanieves estaba hambrienta después de haber caminado todo el día por el bosque, así que comió un poco de cada plato. Luego pasó a otra habitación donde descubrió siete camas pequeñas, y como estaba realmente agotada, se recostó acurrucada en una de ellas y se quedó dormida.
Resultó ser que la casita pertenecía a siete enanitos, que trabajaban en una mina. Al regresar del trabajo y entrar a casa, inmediatamente se dieron cuenta de que había un intruso. Con mucha cautela y algo de temor se dirigieron a la habitación, y ante su sorpresa no se encontraron con un ladrón, sino con una hermosa jovencita dormida. Al escuchar las voces de los enanitos, Blancanieves se despertó, y les contó lo sucedido.
Los enanitos se conmovieron ante la historia de esta desdichada jovencita, y la invitaron a quedarse a vivir con ellos. Todas las mañanas muy temprano los enanitos se iban a la mina, y Blancanieves se quedaba en casa. Pero sus amigos estaban muy preocupados; temían que la malvada reina descubriera que Blancanieves estaba viva, por lo que le recomendaron que tuviese mucho cuidado y no abriera la puerta a nadie mientras ellos no estuvieran.
El espejo mágico revela la verdad
Un día la Reina Malvada decidió volver a consultar al espejo mágico:
– Espejo, espejito, dime una cosa, ¿qué mujer de este reino es la más hermosa?
– Tú eres hermosa mi reina, pero Blancanieves sigue siendo la más bella- respondió el espejo.
Enfurecida, la reina utilizó sus poderes para descubrir dónde se escondía la princesa. Cuando supo que estaba en la casa de los enanitos, la malvada hechicera puso en marcha su plan: preparó un potente veneno y sumergió en él la mitad de una manzana, de manera que media manzana estuviera envenenada y la otra mitad no. Después se disfrazó de campesina, puso la manzana envenenada en una cesta y marchó al bosque.
Al llegar a la casita, se aseguró de que los enanitos nu estuvieran y llamó a la puerta. Blancanieves espió sin ser vista, y al ver a una anciana campesina abrió la puerta, pensando que podía necesitar ayuda.
– Buenos días señorita- dijo la reina con falsa voz- vendo manzanas jugosas y deliciosas, ¿te gustaría probar una?
– Gracias señora, pero no puedo aceptar nada de desconocidos- respondió Blancanieves
-Oh, te entiendo jovencita, pero no tienes nada que temer. Mira, para demostrarte que mis manzanas son deliciosas e inofensivas, yo misma daré un mordiscón a una.
Y dicho esto, la Reina Malvada mordió la parte sana de la manzana que tenía en la mano, ofreciendo a Blancanieves la otra mitad, la que estaba envenenada. La princesa se confió, dio un mordisco y al instante cayó al suelo como muerta. La malvada reina lanzó una carcajada y desapareció en la espesura del bosque.
Despidiendo a Blancanieves
Cuando los enanitos regresaron de la mina, encontraron a Blancanieves en el suelo. Intentaron por todos los medios revivirla, pero al no lograrlo, con profundo pesar la dieron por muerta, y la colocaron en un ataúd de cristal que ellos mismos fabricaron, para poder seguir viéndola todo el tiempo. Colocaron el ataúd en un claro del bosque, en un lugar donde podrían ir a visitarla a diario.
Todos los días los tristes enanitos y los animales del bosque, que también eran amigos de Blancanieves, iban a visitarla en su tumba de cristal.
Un príncipe se enamora de Blancanieves
Así pasó algún tiempo. Un buen día, un príncipe de otro reino que pasaba por el bosque con su caballo, se encontró de casualidad frente al ataúd de cristal y se enamoró al instante de la misteriosa joven muerta que había en su interior. En ese momento llegaron los enanitos, que le contaron al príncipe la triste historia de Blancanieves. El joven príncipe les ruega que le permitan llevarse el ataúd a su palacio, para poder seguir admirando a su amada.
Los enanitos al principio no están de acuerdo, pero ante las lágrimas sinceras del joven se conmueven, y acceden al pedido del príncipe. Ellos mismos la llevarán hasta el palacio, para poder despedirse. Pero ocurre que mientras caminan cargando el ataúd, uno de ellos se tropieza, y el ataúd que cargan da un salto. Con el golpe, el trozo de manzana que Blancanieves tenía todavía en la boca sale disparado hacia afuera, y la joven despierta de su sueño de muerte, antes la sorpresa y la dicha de los enanitos y el príncipe.
Un final feliz
Blancanieves está algo confundida… ¿qué está haciendo dentro de una caja de cristal? ¿y quién es ese joven tan apuesto que la mira con una gran sonrisa?
Los enanitos le cuentan todo; el príncipe se presenta y le pide a Blancanieves y a los enanitos que vayan con él a su palacio; allí estarán más seguros. Ellos aceptan y se encaminan junto al príncipe hacia su reino.
Mientras tanto, la Reina Malvada, cuya vanidad nunca se sacia, vuelve a consultar al espejo mágico para volver a escuchar que es la más hermosa del reino. Pero el espejo la sorprende: le dice que Blancanieves es ahora aún más hermosa que antes, porque el amor ha llegado a su vida, y que sin duda es mil veces más hermosa que ella.
– ¿Blancanieves está viva? ¡No puede ser!– grita la Reina Malvada, y loca de furia comienza a destruir todo lo que tiene a su alrededor, lanzando hechizos y maldiciones. Pero en su locura se condena a sí misma: el enorme caldero con la poción venenosa que había preparado para Blancanieves le cae encima, y así llega a su fin la vida de la maligna hechicera.
Tal y como había dicho el espejo, ahora Blancanieves es todavía más bella. Es que con el pasar de los días, Blancanieves se enamora del apuesto y generoso príncipe, y éste le pide que sea su esposa. Los jóvenes se casan, ante la mirada emocionada de los queridos enanitos, y viven todos juntos en el castillo, felices para siempre.
Cuento Blancanieves ¡en vídeo!
¿Os ha gustado nuestro cuento de Blancanieves y los siete enanitos? No os perdáis la versión en vídeo, para esos días en que nos gusta que nos cuenten un cuento.
¿Quién escribió Blancanieves y los siete enanitos?
Si habíais visto la peli Blancanieves y los siete enanitos (¿y quién no?) habréis visto que nuestro cuento tiene algunas diferencias, aunque mínimas. Y es que como seguro ya sabréis, la película de Disney se basa libremente sobre un cuento popular, y los cuentos populares tienen un origen algo incierto. La versión más conocida de esta historia es la que los hermanos Grimm incluyeron en su recopilación de cuentos de hadas «Cuentos para la infancia y el hogar», de 1812.
La moraleja de Blancanieves y los 7 enanitos
¿Qué enseñanza nos deja Blancanieves y los 7 enanitos? Con el triste final de la Reina Malvada aprendemos que la envidia es un sentimiento negativo, que solo nos lleva a sentirnos enojados, solos y tristes. También nos enseña que quien es generoso siempre recibe amor a cambio, como los enanitos que ayudaron a Blancanieves aún sin conocerla.
¿Os ha gustado el cuento Blancanieves y los siete enanitos?
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