Si has llegado hasta nuestro artículo sombre los mejores planes en el Pirineo aragonés con niños es porque sois una familia amante de la naturaleza y la vida al aire libre, no cabe duda de ello.
Y la elección de ir de vacaciones al Pirineo aragonés con los niños es un acierto por donde lo mires: el entorno natural del Pirineo es uno de los tesoros más valiosos de Aragón. Aquí se encuentran imponentes macizos y majestuosos valles, rodeados de vastos bosques, pequeños lagos y praderas de alta montaña. Sumérgete con tu familia en la belleza de sus impresionantes paisajes, recorre con tranquilidad sus encantadores pueblos de piedra y disfruta del rico patrimonio milenario que alberga. Las opciones para practicar deportes de montaña y senderismo son innumerables.
Bienvenido a nuestra guía con las mejore cosas para hacer en el Pirineo aragonés con niños.
Dónde alojarse en el Pirineo aragonés con niños
Si viajas con niños al Pirineo aragonés, hay múltiples opciones de alojamiento diseñadas para garantizar una estancia cómoda y divertida para toda la familia. Puedes elegir entre acogedoras casas rurales, perfectas para disfrutar de un ambiente tranquilo y estar en contacto con la naturaleza, o alojarte en apartamentos que ofrecen mayor independencia y espacios amplios para los más pequeños.
También hay hoteles familiares que cuentan con piscina, actividades recreativas y servicios especiales para niños, haciendo que los más pequeños se sientan bienvenidos. Si prefieres un enfoque más aventurero, los campings también son una excelente opción, con amplias áreas al aire libre, zonas recreativas y la oportunidad de experimentar la vida al aire libre.
Nosotros hemos hecho nuestra propia selección de los mejores hoteles y campings en el Pirineo aragonés y te invitamos a darle un vistazo:
Los mejores planes en el Pirineo aragonés con niños
1-Recorrer el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Visitar el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido con niños es una experiencia inolvidable para toda la familia. Este parque, uno de los primeros espacios naturales protegidos de Europa y auténtico corazón de los Pirineos, ofrece un entorno espectacular que fascinará tanto a adultos como a los más pequeños.
El valle de Ordesa, el alma del parque, es ideal para recorrer en familia. Sus senderos, rodeados de paisajes impresionantes, permiten disfrutar de la naturaleza de una manera accesible para todos. Una de las rutas más recomendadas es la que lleva hasta la famosa cascada de la Cola de Caballo, un recorrido clásico que combina belleza y facilidad, haciéndolo perfecto para niños. A lo largo del camino, podrán descubrir lugares como la Cascada del Estrecho o las Gradas de Soaso, que harán las delicias de los pequeños exploradores.
Además, el parque es hogar de una rica fauna que encantará a los niños: buitres, águilas, sarrios, marmotas e incluso el majestuoso quebrantahuesos, que pueden avistarse mientras se recorre el entorno. A su alrededor, los densos bosques de hayas y pinos, así como los ríos y praderas de alta montaña, ofrecen un escenario perfecto para aprender sobre la biodiversidad de la zona.
Antes de entrar al parque, es recomendable hacer una parada en el encantador pueblo de Torla, situado en la entrada del valle. Este típico pueblo pirenaico proporciona todos los servicios necesarios para asegurar una estancia cómoda y agradable en el Parque Nacional.
Sin duda, visitar el Parque Nacional de Ordesa con niños es una aventura que les permitirá disfrutar de la naturaleza, aprender sobre la fauna y flora de los Pirineos y vivir momentos mágicos en un entorno privilegiado.
2-Pasear entre animales en Lacuniacha
En pleno corazón del valle de Tena, uno de los parajes más hermosos del Pirineo aragonés, se encuentra el Parque Faunístico de los Pirineos Lacuniacha. Este bosque de 30 hectáreas te ofrece la oportunidad de observar de cerca una gran variedad de animales salvajes en su entorno natural, mientras disfrutas de un tranquilo paseo por la montaña. Lacuniacha está situado en Piedrafita de Jaca, y es accesible en coche hasta su entrada. Solo necesitarás ropa y calzado adecuados para el senderismo en montaña.
Una vez allí, dispondrás de todas las comodidades necesarias, como mochilas portabebés para hacer el recorrido con los más pequeños. Además, hay dos áreas de descanso donde podrás reponer fuerzas con comida y bebida. Durante el recorrido, podrás maravillarte con los ágiles saltos de los sarrios, la imponente presencia del bisonte europeo, la curiosa cabra montés y los simpáticos caballos de Przewalski. Los linces te sorprenderán con su aguda visión, mientras que los elegantes gamos rojizos y los renos con sus majestuosas cornamentas captarán toda tu atención. Los corzos pastan con serenidad, y los lobos, siempre alertas, se mueven sigilosamente entre los arbustos.
3-Adentrarse en las cuevas de el Pirineo aragonés con niños
Hay dos cuevas que te sugerimos de visitar cuando visites el Pirineo aragonés en familia. La Cueva de las Güixas en Villanúa y la Cueva del Oso en Tella son una excelente oportunidad para sumergirse en la naturaleza y la historia del Pirineo aragonés, mientras disfrutáis de una experiencia educativa y emocionante.
Cueva de las Güixas, Villanúa
La Cueva de las Güixas, situada en el encantador pueblo de Villanúa, es un lugar fascinante que combina naturaleza y leyendas locales. En su interior, las formaciones de estalactitas y estalagmitas sorprenden a los visitantes, mientras los guías relatan historias sobre las brujas (o «güixas») que, según la tradición popular, utilizaban la cueva para sus rituales. Este componente mágico e histórico hará que los más pequeños se sientan como exploradores de un mundo de misterio.
El acceso a la cueva es sencillo, y su recorrido, adecuado para todas las edades, permite que los niños disfruten de una aventura en un entorno seguro y adaptado. Además, aprenderán sobre la formación de las cuevas y los antiguos mitos pirenaicos, lo que convertirá la visita en una experiencia tanto divertida como educativa.
Cueva del Oso, Tella
La Cueva del Oso, ubicada en el pintoresco pueblo de Tella, es otra parada ideal para familias. Esta cueva es famosa por haber sido el hogar del oso de las cavernas hace miles de años, un animal prehistórico que fascinará a los niños. En el pequeño museo que se encuentra cerca de la cueva, los visitantes pueden ver restos fósiles y aprender sobre la vida de estos antiguos habitantes del Pirineo.
El sendero que lleva a la cueva es una caminata suave, perfecta para los niños, ya que transcurre entre paisajes montañosos y espectaculares vistas. A lo largo del recorrido, los pequeños podrán imaginar cómo era la vida en la prehistoria mientras exploran la cueva donde se han hallado los restos de este gran mamífero.
4-Descubrir la histórica Jaca
Visitar Jaca con niños es una experiencia divertida y enriquecedora para toda la familia. Esta vibrante ciudad, situada en el corazón del Pirineo aragonés, ofrece una combinación perfecta de cultura, historia y naturaleza, ideal para explorar con los más pequeños.
Uno de los grandes atractivos de Jaca es su catedral románica, construida a finales del siglo XI, siendo una de las primeras de su estilo en la península. Los niños disfrutarán de un recorrido por su impresionante arquitectura, y en el Museo Diocesano podrán asombrarse con su colección de pintura medieval, considerada una de las mejores del mundo. Es una excelente oportunidad para introducir a los pequeños en el arte y la historia de una forma amena y visual.
Otro lugar imperdible para los niños es la Ciudadela de Jaca, una fortaleza del siglo XVI que alberga el fascinante Museo de Miniaturas Militares. Aquí, los más jóvenes podrán dejar volar su imaginación mientras observan miles de figuritas que recrean escenas históricas, convirtiendo el aprendizaje en un juego. Además, caminar por los alrededores de esta imponente fortaleza les permitirá disfrutar de la naturaleza y aprender sobre la historia militar de la región.
El casco antiguo de Jaca es un paseo encantador para familias. Los niños podrán descubrir edificios históricos como el ayuntamiento renacentista y las iglesias de Santiago y San Salvador, cada una con su propia historia y leyendas.
Jaca es también conocida por su animado ambiente en cualquier época del año. Las calles están llenas de tiendas, bares y restaurantes, donde podrás hacer una pausa con los niños para disfrutar de algún dulce o comida típica de la región. Además, la ciudad está situada cerca de las estaciones de esquí de Astún y Candanchú, lo que la convierte en un destino ideal para actividades al aire libre en invierno, mientras que en verano ofrece numerosas rutas de senderismo para explorar su entorno natural.
Para completar la visita, no te pierdas las espectaculares vistas que ofrecen el Fuerte de Rapitán y el mirador de Peña Oroel, a los que se puede acceder en coche. Estos miradores ofrecen panorámicas impresionantes del valle del Aragón.
Si te interesa conocer los secretos de la ciudad acompañado por un guía local, te sugerimos una visita guiada por Jaca.
5-Conocer el Monasterio de San Pedro de Siresa
El monasterio de San Pedro de Siresa destaca tanto por su imponente tamaño como por su singular belleza. Lo que queda en la actualidad son los vestigios de lo que fue, probablemente, el monasterio más antiguo de Aragón.
Su origen se remonta al siglo IX, aunque algunos expertos creen que pudo haber existido ya en época visigoda. La iglesia de San Pedro, construida en el siglo XI y reformada en los siglos posteriores, impresiona por su austera elegancia. Según la tradición, entre sus muros fue bautizado Alfonso I El Batallador.
El monasterio se puede visitar los fines de semana, os aconsejamos consultar horarios con la oficina de turismo de Valle de Hecho.
6-Vivir la nieve en las estaciones de esquí del Pirineo aragonés con niños
Las estaciones de esquí del Pirineo aragonés son destinos ideales para disfrutar en familia, ya que ofrecen actividades diseñadas especialmente para los más pequeños. Aquí te dejo una guía de las principales estaciones de esquí y las actividades que pueden disfrutar los niños.
1. Astún
La estación de Astún es perfecta para familias, ya que cuenta con zonas especiales para los niños y diversas actividades pensadas para ellos. En la Zona Infantil, los pequeños esquiadores pueden aprender y mejorar su técnica en pistas suaves y seguras, además de participar en cursos de esquí y snowboard impartidos por monitores especializados. Astún también dispone de un parque de nieve para que los niños se diviertan jugando en la nieve o deslizándose con trineos.
2. Candanchú
A tan solo unos minutos de Astún, Candanchú es otra estación ideal para disfrutar con niños. La Guardería Infantil está equipada para cuidar a los más pequeños mientras los padres disfrutan de las pistas. Los niños más mayores pueden aprender a esquiar en la Pista Toboganes, diseñada específicamente para la iniciación, y mejorar su habilidad en la Zona Debutantes. También hay una pista de trineos y espacios donde los niños pueden divertirse construyendo muñecos de nieve o jugando al aire libre.
3. Formigal-Panticosa
La estación de Formigal-Panticosa es una de las más grandes del Pirineo aragonés y ofrece una amplia gama de actividades para los niños. En Formigal, los más pequeños pueden disfrutar del Jardín de Nieve o la Guardería Infantil, donde además de aprender a esquiar, realizan juegos y actividades educativas en la nieve. En Panticosa, existe un área exclusiva para debutantes y un parque infantil en la nieve. También es posible disfrutar de paseos en trineos tirados por perros (mushing), una experiencia que encanta a los niños.
Además, en Formigal-Panticosa se organizan actividades familiares como el tobogganing, una divertida bajada en trineo en pistas preparadas, o paseos en motos de nieve, donde los niños pueden participar como acompañantes.
4. Cerler
Cerler, la estación más alta del Pirineo aragonés, también cuenta con zonas dedicadas a las familias. En el Jardín de Nieve, los niños a partir de los 3 años pueden iniciarse en el esquí con instructores especializados. También hay un Snowpark Infantil, donde los más pequeños pueden disfrutar de un entorno seguro para jugar y deslizarse en trineos. La estación también ofrece actividades como paseos en raquetas de nieve, ideales para explorar el entorno natural de una manera tranquila y divertida.
7-Descubrir el Parque Natural de los Valles Occidentales
Otra oportunidad única para disfrutar de la naturaleza en su estado más puro es visitar el Parque Natural de los Valles Occidentales con los niños. Este parque, con más de 27.000 hectáreas de paisajes espectaculares, ofrece un sinfín de actividades al aire libre ideales para los más pequeños. En el valle de Hecho, podrán explorar la mágica Selva de Oza y contemplar el majestuoso Castillo de Acher. En el valle de Ansó, los niños quedarán fascinados con los frondosos hayedos de Zuriza y Gamueta, mientras que el pico Bisaurín en Aragüés del Puerto ofrece imponentes vistas.
Durante las caminatas, los más jóvenes tendrán la oportunidad de descubrir la fauna local, como el quebrantahuesos, la rana pirenaica o incluso el emblemático oso pardo. Algunas rutas de senderismo, como la que conecta el Refugio de Zuriza con Guarrinza o las que atraviesan la mágica Selva de Oza, son sencillas y perfectas para explorar en familia si estáis acostumbrados a este tipo de excursiones. Además, el recorrido hacia el ibón de Estanés es una aventura emocionante para contemplar uno de los más bellos paisajes del Pirineo.
8-Ver ciervos en el valle de La Garcipollera
El valle de La Garcipollera es un destino perfecto para disfrutar en familia, especialmente si viajas con niños. Este tranquilo rincón del Pirineo aragonés ofrece rutas ideales para pasear o hacer recorridos en bicicleta, en un entorno seguro y accesible para los más pequeños. Sin duda, uno de los mayores atractivos para los niños es la posibilidad de ver de cerca la abundante población de ciervos que habita en el valle, lo que convierte cada paseo en una emocionante aventura.
Además, el valle alberga la hermosa ermita románica de Santa María de Iguácel, un lugar lleno de historia que merece una visita.
9-Viajar en el tiempo en la estación de Canfranc
La Estación Internacional de Ferrocarril de Canfranc es un majestuoso edificio que refleja una variedad de influencias arquitectónicas, diseñado para ser un gran escaparate de España para los visitantes internacionales.
Si deseas realizar una visita guiada por el exterior de la estación, es aconsejable hacer una reserva previa a través de la Oficina de Turismo. Puedes hacerlo de manera online en la página web www.canfranc.es
Actualmente, la estación alberga el Canfranc Estación, A Royal Hideaway Hotel, gestionado por Barceló Hotel Group, lo que añade un toque de lujo a este emblemático lugar.
Muchos esquiadores hacen una parada en esta encantadora localidad, ya que las estaciones invernales de Astún y Candanchú se encuentran muy cerca de Canfranc.
Además, numerosos peregrinos recorren cada año la villa siguiendo el tramo aragonés del Camino de Santiago Francés. Esta ruta alcanzó su esplendor en la Edad Media, con cinco siglos de peregrinación que dejaron tras de sí fascinantes historias y leyendas, así como un rico legado artístico y cultural.
El entorno de Canfranc ofrece un sinfín de rutas de senderismo, por lo que si eres amante de la montaña, podrás disfrutar de las impresionantes vistas del valle del Aragón mientras recorres cualquiera de estos caminos.
10-Visitar Santa Cruz de la Serós
A medio camino entre Jaca y el monasterio de San Juan de la Peña, la encantadora localidad de Santa Cruz de la Serós es un destino ideal para visitar en familia. Aquí encontrarás dos impresionantes joyas del arte románico que no puedes perderte: la iglesia de Santa María y la ermita de San Caprasio.
La iglesia de Santa María, que fue un monasterio femenino durante los siglos XI y XII, tiene una rica historia, ya que en sus muros vivieron mujeres de la nobleza aragonesa, como Aresa, Urraca y Sancha, hijas del rey Ramiro I. La visita a esta iglesia está incluida con la entrada al monasterio de San Juan de la Peña.
La ermita de San Caprasio, ubicada a la entrada del pueblo, es otro hermoso ejemplo del románico lombardo del siglo XI.
No muy lejos de Santa Cruz, el impresionante conjunto monástico de San Juan de la Peña se presenta como una obra maestra del románico y un símbolo del origen del Reino de Aragón. Este lugar, rodeado de una exuberante naturaleza, junto con las dos iglesias de Santa Cruz de la Serós, conforman un entorno ideal para una excursión familiar que combina cultura, historia y belleza natural. Sin duda, será un día memorable para disfrutar en compañía de los niños.
11-Asomarse al Balcón de los Pirineos
A un paso del Monasterio Viejo de San Juan de la Peña, en la pradera de San Indalecio, se levanta el Monasterio Nuevo, de estilo barroco, con sus dos centros de interpretación. Un breve paseo te conducirá hasta el Balcón de los Pirineos, desde donde podrás disfrutar de una preciosa panorámica de la cordillera.
12-Hacer la ruta de las iglesias de Serrablo
Uno de los mayores encantos de las iglesias románicas de la Ruta del Serrablo es su ubicación en pintorescos pueblos del valle de Tena, lo que las convierte en una experiencia perfecta para disfrutar en familia. Este recorrido está compuesto por una serie de pequeñas iglesias que presentan las características artísticas del románico lombardo, como su tamaño reducido, la única nave con ábside, la sencillez decorativa en el exterior y las esbeltas torres-campanario.
Cada iglesia tiene un maravilloso entorno, situadas en encantadores pueblos pirenaicos a lo largo del río Gállego, lo que ofrece un ambiente ideal para pasear y explorar con los niños. Si decides hacer la ruta, algunas iglesias, como San Juan de Busa, San Martín de Ordovés y San Martín de Oliván, están abiertas al público, lo que facilita la visita. Para acceder a las demás, es necesario conseguir la llave, que generalmente puede tener algún vecino del lugar.
Además, la Comarca del Alto Gállego ofrece un programa de visitas guiadas que permite a las familias conocer más sobre estas iglesias mientras son acompañadas por un guía especializado.
13-Dar un paseo en el tren Valle de Tena
El Tren Turístico Valle de Tena es una opción perfecta para disfrutar de una excursión en familia y descubrir el impresionante paisaje de La Partacua.
El viaje comienza en Piedrafita de Jaca, donde un conductor profesional te llevará a través de un recorrido panorámico inolvidable. Durante el trayecto, los niños y adultos podrán disfrutar de una audio-guía que les explicará todo sobre los lugares que visitan, así como las tradiciones locales, la flora y fauna de la zona, su historia y los secretos de cada rincón del valle.
Esta experiencia en tren (sobre ruedas) es una manera divertida y educativa de explorar el entorno natural, creando recuerdos especiales en familia mientras disfrutan de la belleza del Pirineo.
14-Lanzarse en la Tirolina del valle de Tena
La tirolina doble más larga de Europa es una verdadera joya de la ingeniería y una emocionante atracción para los amantes del turismo de aventura. Ubicada en el corazón del Valle de Tena, esta tirolina ofrece a los visitantes la oportunidad de deslizarse a gran velocidad por más de 1.000 metros, mientras disfrutan de impresionantes vistas panorámicas del entorno.
No hay una edad mínima para poder lanzarse en la tirolina, pero sí un peso mínimo que es 40 kilos.
15-Hacer la ruta de las pasarelas de Panticosa
Panticosa ofrece la oportunidad de descubrir las impresionantes pasarelas sobre el Río Caldarés. Estos espectaculares pasos colgantes, situados en la pared del congosto, abarcan un recorrido de 800 metros que promete dejar a todos sin aliento.
La experiencia permite rodearse de naturaleza salvaje, verticalidad y emoción, mientras se disfrutan de vistas inigualables, así como una sucesión de badinas y pozas de aguas cristalinas del Río Caldarés.
El recorrido, que tiene una duración aproximada de una hora y un desnivel de 160 metros, incluye no solo la travesía por las impresionantes pasarelas, sino también la subida a uno de los miradores con las mejores vistas de Panticosa y sus montañas circundantes, el Mirador O Calvé. En el camino hacia el mirador, también se pueden encontrar bunkers, que añaden un interesante elemento histórico al trayecto. Los niños pueden hacer la ruta a partir de los 7 años y los 130 cm de altura.
16-Llegar hasta el ibón de las Paules con el tren
El Tren de Tramacastilla ofrece una oportunidad única para subir hasta uno de los ibones más encantadores del Valle de Tena y disfrutar de vistas inolvidables. Tras un viaje panorámico de 50-55 minutos a lo largo de una pista de alta montaña de 8 km, el tren llega al ibón de las Paules, un hermoso lago situado en una terraza natural en el corazón del valle.
Una vez en el ibón, se puede pasear alrededor de este lago de montaña y disfrutar del paisaje durante 30-40 minutos. Para regresar a Tramacastilla de Tena, hay dos opciones: volver en tren o descender a pie por una ruta de senderismo señalizada de media montaña, perfecta para quienes desean una experiencia más activa.
El viaje comienza en la marquesina de madera situada a la entrada del pueblo, junto al parking municipal. Durante el trayecto, una audioguía ofrece información sobre curiosidades, historias y leyendas de los paisajes que rodean Tramacastilla y el Valle de Tena, añadiendo un toque especial a la experiencia.
17-Tomar el tren «El Sarrio» hasta el valle de La Ripera
El Tren de Alta Montaña El Sarrio de Panticosa ofrece una emocionante oportunidad para adentrarse en el impresionante y poco conocido Valle de la Ripera, donde aguarda una red de senderos señalizados aptos para niños y adultos. Las rutas varían en dificultad, desde un sencillo paseo hasta una cascada, hasta senderos más desafiantes que conducen a hermosos ibones.
En el valle de La Ripera, se puede disfrutar no solo de las caminatas y el paisaje, sino también de áreas de descanso con mesas de picnic y refrescantes pozas del río que lo atraviesa. Durante el trayecto en tren, una audioguía ofrece interesantes curiosidades, historias y leyendas sobre los paisajes de Panticosa y el Valle de Tena, añadiendo un toque especial a la experiencia.
18-Pasear por los pueblos del valle de Benasque
El Valle de Benasque es un lugar donde las cumbres más altas de Aragón se combinan con glaciares y lagos helados, creando paisajes de ensueño. Más allá de su belleza natural, este valle destaca por sus encantadores pueblos y su variada oferta de actividades durante todo el año. Benasque, el centro neurálgico del valle, cuenta con un casco urbano pintoresco y una amplia gama de servicios turísticos, que incluyen comercios, hoteles y restaurantes.
Cerca de Benasque, merece la pena visitar el pequeño pueblo de Anciles, famoso por sus hermosas casas solariegas. Otra parada recomendable es Eriste, un excelente punto de partida para explorar el Posets, la segunda cima más alta de los Pirineos, y el valle de los Ibones, donde se encuentran el lago de Las Alforjas, el ibón de Posets y el lago de la Plana.
La visita al valle se puede complementar con un recorrido por Graus (te recomendamos este free tour por Graus) y el templo budista de Panillo, así como con una excursión al cercano valle del Isábena, donde se hallan dos joyas del románico: el monasterio de Obarra y la catedral de Roda de Isábena. Al este, en el valle del río Noguera Ribagorzana, que marca la frontera natural entre Aragón y Cataluña, se encuentra la magnífica villa medieval de Montañana, otro tesoro para explorar en esta región.
19-Encontrarse con las brujas de Laspáules
El pueblo de Laspaúles, situado bajo la majestuosa montaña del Turbón, está rodeado de leyendas y misterios, ya que se dice que era el lugar donde, cada viernes, las brujas celebraban sus aquelarres. En 1983, un hallazgo histórico revivió este pasado oscuro: el sacerdote local, Domingo Subías, encontró en el campanario unos manuscritos del siglo XVI que relataban la ejecución de 25 mujeres acusadas de brujería. Este episodio se conmemora en los años pares, en agosto, con la representación de ‘Lo Consell de Laspaúls’.
A solo tres kilómetros del pueblo, en una zona conocida como Serrat Negre o Serrat de las Forcas, se puede visitar el Parque de las Brujas, donde diferentes escenas relacionadas con la brujería se recrean a lo largo de una senda, en un entorno natural espectacular.
20-Seguir las huellas de los dinosaurios en Arén
El Museo de los Dinosaurios de Arén es una visita fascinante para toda la familia, donde podrás viajar 65 millones de años atrás y descubrir cómo vivían estos increíbles animales. Ubicado en el solar del antiguo ayuntamiento, su diseño arquitectónico combina espacios luminosos y abiertos con zonas más oscuras y sugerentes, creando una experiencia única.
Con más de 500 m² de exposición, el museo ofrece dioramas, objetos, reconstrucciones y audiovisuales que, con un enfoque entretenido y sencillo, permiten adentrarse en el mundo de la paleontología sin perder el rigor científico. Como extensión del Museo Paleontológico de la Universidad de Zaragoza, exhibe fósiles encontrados en las excavaciones locales, brindando una experiencia educativa y emocionante para explorar el pasado prehistórico.
Frente al museo, unas flechas señalizan el camino hacia los yacimientos de huesos fósiles de Blasi, donde se pueden observar restos de dinosaurios en su hábitat original. Además, a las afueras de Arén, se encuentra uno de los primeros yacimientos de huellas de dinosaurios descubiertos en Aragón, un lugar perfecto para completar el viaje al pasado prehistórico de la región.
Cómo moverse en el Pirineo aragonés con niños
Moverse por el Pirineo aragonés con niños es una experiencia que combina aventura, naturaleza y comodidad si se planifica bien. Aquí tienes algunas opciones para facilitar los desplazamientos:
- Coche: Es la opción más práctica y flexible, ya que muchas rutas y puntos de interés están algo alejados y no siempre tienen transporte público directo. Alquilar un coche o viajar con el propio permite acceder cómodamente a estaciones de esquí, parques naturales, pueblos y actividades familiares.
- Transporte público: Algunas áreas del Pirineo aragonés están conectadas por autobuses y trenes, especialmente los principales núcleos turísticos como Jaca, Canfranc o Benasque. Sin embargo, las frecuencias pueden ser limitadas, por lo que es ideal para trayectos largos o para explorar ciudades importantes. El Tren de Canfranc es también una atracción en sí misma, y una buena manera de combinar transporte con una experiencia familiar.
- Trenes turísticos: Los trenes de alta montaña que ya hemos visto permiten acceder a paisajes naturales impresionantes sin esfuerzo, lo que es ideal para familias con niños pequeños. Además, suelen incluir audioguías que explican la fauna, flora y curiosidades del entorno.
- Senderismo y bicicletas: Para distancias cortas y disfrutar del entorno, muchas familias optan por recorrer los senderos a pie o en bicicleta. Hay rutas de distintos niveles de dificultad, desde sencillos paseos para niños hasta recorridos más desafiantes. Algunas rutas cuentan con áreas de picnic y puntos de interés ideales para hacer paradas en familia.
- Telesillas y teleféricos: En las estaciones de esquí, tanto en invierno como en verano, los telesillas y teleféricos son una excelente manera de subir a las alturas sin grandes esfuerzos y disfrutar de vistas panorámicas. Son seguros para niños y les permiten vivir una experiencia emocionante.
Estas opciones combinadas harán que moverse por el Pirineo aragonés sea sencillo, cómodo y divertido para toda la familia.