¿Cuántas veces hemos escuchado que es mejor aprender un idioma desde pequeños? En general, existe la concepción generalizada en la sociedad de que es beneficioso que los niños aprendan una segunda lengua desde la infancia.
De hecho, si has intentado aprender un idioma en la edad adulta, seguramente hayas encontrado grandes dificultades: hay que estudiar la gramática, entender y asimilar las diferencias con tu propia lengua, reducir el acento… Y, probablemente, por más que pongas de tu parte, nunca consigas parecer nativo.
En cambio, este proceso es infinitamente más fácil para los niños. Pero ¿a qué se debe esto? ¿Qué beneficios tiene aprender una segunda lengua desde la infancia, y cuál es el mejor método para hacerlo?
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¿Por qué los niños aprenden mejor una segunda lengua que los adultos?
Siempre se ha dicho que los niños son como esponjas. Es decir, que aprenden de todo lo que perciben a su alrededor: comportamientos, emociones, formas de comunicarse, etc.
Esto se debe a que el cerebro, en los primeros años de vida de una persona, cuenta con una característica fundamental que llamamos “plasticidad”. Gracias a la plasticidad cerebral, los niños tienen una gran capacidad para aprender y adaptarse al entorno que se reduce considerablemente en la edad adulta. Y esto afecta en buena medida al aprendizaje de lenguas.
Por otro lado, el desarrollo de la comunicación está estrechamente ligado al ser humano. No hay una comunidad que no tenga su propio sistema lingüístico, y todos tienen características que los hacen únicos.
Cuando somos pequeños, aprendemos la lengua de nuestra familia o de nuestro entorno de manera natural, adquiriendo de manera inconsciente su gramática, su vocabulario y su pronunciación. No hay necesidad de sentarnos durante horas a estudiar cómo funciona la gramática de nuestra lengua materna para poder comunicarnos; simplemente, lo hacemos. Y algo así podemos conseguir con una segunda lengua si exponemos a los niños a ella desde pequeños.
¿Cuál es la mejor forma para que los niños aprendan otro idioma?
En este aspecto, hay algunas consideraciones que debemos tener en cuenta. No todo vale. Algunos padres, por ejemplo, consideran buena idea hablar en inglés con sus hijos, pero esto no es recomendable si ellos no son totalmente bilingües. Si nuestro inglés no es muy bueno, los niños terminarán adquiriendo los mismos errores que nosotros cometemos e incluso el mismo acento no nativo.
Además, hay ciertas emociones que solo sabemos transmitir en nuestra lengua materna, por lo que, si nos empeñamos en hablarles en todo momento en nuestra segunda lengua, pueden surgir carencias en el plano afectivo y emocional del lenguaje.
Actualmente, muchos colegios ofrecen programas de educación bilingüe que constituyen una buena base para empezar. Pero es probable que por sí solos se queden un poco escasos, ya que la atención recibida en clases con 20 o 30 niños no puede ser individualizada.
Lo más recomendable es complementar la educación obligatoria con clases individuales. Las clases particulares con profesores nativos tienen grandes ventajas y excelentes resultados, puesto que los niños están obligados durante el tiempo de la clase a comunicarse únicamente en su segunda lengua. No es difícil encontrar profesores nativos: en Superprof hay muchas opciones, tanto en línea como de manera presencial, para que los niños aprendan mediante juegos y mejoren su rendimiento escolar.
Para complementar estos métodos, se pueden utilizar recursos audiovisuales que constituyen buenos estímulos pasivos del idioma. Es decir, podemos utilizar series, películas, videojuegos, etc. en inglés o en otra lengua para reforzar los conocimientos que los niños adquieren en el colegio y en las clases particulares.
¿Cuáles son las ventajas del aprendizaje de una segunda lengua?
Aprender una segunda lengua tiene muchos más beneficios de los que seguramente podamos imaginar. No se trata solo de que el conocimiento de un idioma les abra puertas en el futuro a nuestros hijos, sino de que existen enormes beneficios a nivel cognitivo:
- El primero, y más obvio, es que serán capaces de expresarse con total fluidez en una lengua en la que, aprendida en la etapa adolescente o adulta, no podrían conseguir semejante nivel de perfección.
- Por otro lado, el funcionamiento del cerebro en hablantes bilingües ha sido objeto de estudio y se ha demostrado que cuentan con ciertas ventajas cognitivas con respecto a quienes solo aprenden una lengua. Aprender otro idioma desde pequeño mejora las habilidades lógicas, la memoria, la creatividad y la capacidad de desempeñar varias tareas al mismo tiempo. Los niños bilingües también muestran un mejor desarrollo del pensamiento crítico y de la resolución de problemas. Como consecuencia, el rendimiento académico suele ser mejor, de manera general, que en los niños monolingües.
- Finalmente, hay que tener en cuenta las implicaciones que tiene a nivel cultural aprender un idioma. Cuando hablas otra lengua, no solo aprendes otro código para comunicarte, sino que abres tu pensamiento a una nueva realidad cultural. Cada lengua utiliza palabras para señalar determinados conceptos que son intraducibles en cualquier otro idioma, puesto que cada sociedad observa la realidad desde su propio punto de vista. Además, las personas que se pueden comunicar en más de una lengua están abiertas a conocer más personas, lugares o recursos, lo que resulta muy enriquecedor como experiencia vital.
No cabe duda de que el conocimiento de idiomas extranjeros ofrece numerosas oportunidades y trae consigo grandes ventajas personales. Es posible que tengas dudas acerca de si es buena idea que tus hijos aprendan otras lenguas desde su infancia, pero lo cierto es que se trata de una gran oportunidad que agradecerán en el futuro.