¿Hay un desayuno más típicamente español que los churros con chocolate o café con leche? Pues es verdad que no es el único, pero puede sí sea el más español de todos: y es que si bien los churros caseros se preparan en otros países, en ninguno se toman de manera tan habitual ni se encuentran en cualquier bar como pasa aquí en España.
La receta de churros caseros es muy sencilla, pero como toda receta tradicional se encuentran pequeñas variantes de región en región, y cada cocinero tiene sus trucos. Nosotros os vamos a contar los nuestros para lograr unos churros (o unas porras si preferís) perfectos, que no exploten al freír y que sean crujientes y poco grasientos.
Aunque la churrera es preferible porque aprieta bien la masa, y además se consigue por poco dinero, también os vamos a explicar cómo hacer churros sin churrera.
Y aunque bien podemos hacer el chocolate con algún preparado, también os vamos a contar cómo hacer un chocolate a la taza casero para acompañar estos churros fantásticos que prepararemos hoy.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Cómo hacer Cómo hacer churros caseros
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Hacemos la masa de churros
Ponemos la harina en un bol, y la leche (o agua) con la sal en una cazuela que llevaremos la fuego.
Cuando la leche comienza a hervir, retiramos del fuego y la añadimos de golpe a la harina, mezclando rápidamente con una cuchara de madera para que no queden grumos.
Dejamos templar la masa unos minutos cubierta con un paño de cocina, y luego la amasamos con las manos hasta que quede lisa.
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Formamos los churros caseros
Rellenamos la churrera con una parte de la masa, la que entre, enroscamos y empujamos el émbolo para eliminar el aire. Eso es importante porque de esta manera los churros no saltarán al freírlos.
Disponemos un papel para hornear sobre la mesa y vamos empujando para que la masa salga por el orificio de la churrera, vamos disponiendo los churros sobre el papel de hornear y cortamos con un cuchillo cuando tienen la medida que queremos.
De este modo formamos todos los churros.
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Freímos los churros caseros
Calentamos una abundante cantidad de aceite de oliva suave o aceite de girasol en una sartén.
El aceite tiene que alcanzar una temperatura medio-alta pero no estar demasiado caliente, entre 180°C y 190°C.
Vamos friendo los churros de a tandas, pocos a la vez para que no baje la temperatura del aceite. Cuando están dorados los retiramos a un plato cubierto con papel de cocina absorbente, dejamos que pierdan el aceite en exceso y espolvoreamos con azúcar antes de que se enfríen.
Cómo hacer churros sin churrera
Si no tenéis churrera no os preocupéis, podéis hacer los churros usando una manga pastelera con una boquilla en forma de estrella. Puede ser una manga pastelera desechable o no, a vuestra elección.
Cuando hacemos los churros con manga pastelera tenemos que prestar mucha atención al momento de freír, porque al no poder compactar la masa para eliminar el aire como hacemos con la churrera, puede que algún churro casero nos quede con algo de aire dentro y estalle, salpicando aceite y pudiendo provocarnos alguna quemadura.
Consejos para hacer churros caseros perfectos
Cómo lograr churros crujientes
Como en todos los fritos, el secreto para lograr unos churros crujientes, que no absorban demasiado aceite durante la cocción, es la temperatura del aceite.
La temperatura ideal es entre 180°C y 190°C, es decir una aceite bien caliente pero que no humea. Freír los churros por debajo de esta temperatura hará que absorban demasiado aceite; por encima, se dorarán mucho por fuera antes de estar cocidos por dentro.
Cuánto aceite usar y de qué tipo
Sobre el aceite para freír como sabéis, hay muchas escuelas. Hay quienes prefieren freír solo como aceite de oliva, otros encuentran que deja un sabor demasiado marcado. Siempre es necesario utilizar un aceite que soporte bien las altas temperaturas, y en eso el aceite de oliva tiene pocos rivales. Podéis usar un aceite de oliva delicado, o también aceite de girasol si os encontráis mejor con él para freír.
Siempre que freímos es importante poner una cantidad abundante de aceite. Primero para que, en este caso el churro, quede completamente cubierto, y segundo porque si ponemos poco al ir echando los churros la temperatura bajará y los churros absorberán mucho aceite.
La boca de la churrera o la boquilla
¿Por qué el churro tiene las estrías? No es una cuestión meramente estética. Las estrías sirven para que el aceite penetre mejor, de esta manera quedan crujientes y el interior no sabe a harina cruda. Por lo que cuando escojáis la churrera, fijaos que boca tenga unos buenos dientes que marquen estrías grandes y profundas. Lo mismo vale para la boquilla, escoged una boquilla con forma de estrella con dientes grandes.
Chocolate y churros, la combinación ideal
Si bien podemos tomarlos como más nos guste, el chocolate con churros es un clásico que no se puede dejar de lado. Sobre todo a los peques les encanta, y si bien podemos comprar en el supermercado preparados para hacer chocolate caliente, os vamos a contar cómo hacerlo en casa que también es muy sencillo.
Cómo hacer chocolate a la taza casero
Ingredientes (4 tazas grandes): 400 g de chocolate negro triturado; 1 l de leche; una pizca de sal; azúcar al gusto.
Preparación: calentamos la leche en una cazuela. Si usamos un chocolate muy amargo (de más de 70% de cacao), en este punto vamos a añadir azúcar para que se funda con la leche. Cuando la leche esté caliente (pero que no hierva), echamos el chocolate y removemos con una cuchara de madera hasta que el chocolate se funda y se integre bien. Cuando empieza a hervir lo retiramos del fuego y dejamos que temple un poco antes de servir.
¿Pero con qué tomar los churros en verano? Prueba un café dalgona, delicioso y cremosísimo.
Churros rellenos, ¿cómo se hacen?
Los churros también se pueden rellenar con chocolate, Nutella, crema pastelera o dulce de leche.
Y es muy sencillo hacerlo: los prepararemos exactamente de la misma manera pero teniendo cuidado de escoger una boca grande en la churrera (o una boquilla para la manga). Los vamos a freír sin que se doren muchísimo para que sea más fácil rellenarlos. Y cuando los tenemos listos, con un palito de brocheta o mejor aún con una pajita metálica o de las de plástico más duritas, hacemos el agujero en el centro, empujando la pajita de un lado al otro del churro. Luego con una manga de pastelero con un agujero pequeño en la punta rellenamos.
Y este es todo el misterio de los churros caseros, son muy fáciles ¿verdad?