Recientemente, Harvard publicó un estudio en el marco del proyecto Making Caring Common (algo así como «Hacer de la solidaridad un proyecto en común») donde señala 5 claves para educar a los niños para ser buena gente.
Si te preocupa criar a tu hijo para ser buena persona, acompáñanos en este nuevo artículo de Escuela de Padres.
Educar para ¿el éxito escolar o ser buena gente?
Un dato llamativo de este estudio es que casi el 80% de los jóvenes y niños entrevistados sostuvo que «sus papás estaban más preocupados por su propio éxito o felicidad que por otras personas». Y esto se traducía en una repetición de conducta por parte de los peques, quienes interpretaban que «sus padres estaban más orgullosos de ellos si sacaban buenas notas en el colegio que si hacían alguna buena acción o acto de solidaridad».
¿Qué piensas tú al respecto? Como padres, ¿educamos para el éxito escolar o para ser buenas personas? Por supuesto, todo depende de la familia pero en general, es cierto que nos preocupamos mucho por las notas de nuestros hijos y a veces dejamos de lado la educación en valores y solidaridad.
Sacar buenas notas es muy importante, claro que sí, porque estamos hablando del futuro de nuestros hijos pero ¿ser buena gente no es tan o más importante? ¿Cómo podemos hacer para enseñarles a nuestros hijos a preocuparse por otras personas? Veamos los consejos de Harvard.
Consejos para educar a los niños para ser buena gente
Los investigadores del estudio presentaron un listado de 5 estrategias para ayudar a los padres a enseñar a los niños a ser buenas personas. Veámoslas:
1. Preocuparse por otras personas debe ser una prioridad
Por lo general, los padres ponemos la felicidad y logros de nuestros hijos por encima de todo, ¿verdad? Bueno, nuestros hijos en realidad necesitan un balance que les permita ver que sus necesidades y las de otras personas son igual de importantes.
Para ello, es importante que tu hijo te vea a ti preocupándote por otras personas. Como siempre te decimos, tú eres el espejo en el que se miran tus hijos: ¡eres el ejemplo a seguir!
Veamos algún ejemplo práctico y habitual: tu hijo ha comenzado a jugar al fútbol los sábados por la mañana, pero hay un niño con quien no se lleva bien y después de algunas semanas desea abandonar y quedarse en casa durmiendo. Antes de renunciar, sería bueno que le señalases que tiene obligaciones para con el equipo, que hay gente que depende de él y que cuenta con él y que lo mejor es intentar hablar con el niño para solucionar los problemas, antes de abandonar.
2. Dar las gracias es algo de todos los días
No es fácil aprender a agradecer, quizá porque no es fácil darse cuenta de que la otra persona nos está cuidando. Intenta enseñarle a tu hijo a agradecer los pequeños gestos tuyos y de tu pareja, de sus hermanos, amigos y cada persona con la que tiene relación. Ser agradecido es el primer paso para preocuparse por otros porque si los peques sienten que la gente se preocupa por ellos, ellos comenzarán a preocuparse por la gente.
Enséñale además a ayudar a otras personas, por ejemplo a su hermano con los deberes o a ese amigo que no sabe montar en bici.
Tiempo atrás hablamos de empatía y justamente eso es lo que debes enseñarle: a ponerse en el lugar de la otra persona, para que así sea más fácil para tu hijo ayudarle.
3. Generar un círculo de «preocupación»
Es decir fomenta que tu hijo se preocupe por gente fuera de la familia. La idea es ayudar al niño a interesarse por lo que sucede fuera de su familia y amiguitos íntimos, por ejemplo a preocuparse por qué siente ese niño que no habla el idioma o ese peque que no juega con nadie en el parque.
Ayuda a tu hijo enseñándole que al montar en autobus debe saludar al conductor o que en el cole puede intentar jugar con el niño que no tiene amigos para ayudarle a integrarse, por ejemplo.
4. Los padres deben ser un buen ejemplo en el que mirarse
Lo repetimos y no nos cansamos de repetirlo: tu hijo te imita siempre. Sé para él lo que tú quieras que él sea al crecer. Demuéstrale que es posible ser amable y preocuparse por otros y por supuesto, no dejes de pedir perdón cuando te equivocas. Reconocer los errores es una lección que los peques aprenden de nosotros.
5. Enseñar a manejar las emociones
Ser buena gente implica también saber controlar las emociones tales como la rabia, la vergüenza y la envidia. Enseña a tu hijo a tranquilizarse frente a una rabieta y a reconocer sus emociones para expresarse de manera calmada.
Expresar las emociones es sano y natural pero no debemos dejar que ellas nos gobiernen. Esa es la lección que tus hijos deben aprender de ti.
¿Qué te parecen estas 5 claves para educar a tus hijos para ser buena gente que nos da Harvard?
Más información: Washington Post
Imagen: Jack Tinney