Tiempo atrás hablamos en Escuela de Padres de la disciplina respetuosa, ¿te acuerdas? Hoy volvemos a la carga, esta vez con 7 errores comunes que casi todos los papis cometemos en lo que respecta a la disciplina infantil.
¿Quieres descubrirlos?
Errores comunes en la disciplina infantil
1. Decimos que no ¡todo el día!
Vale, lo admito, esta primer punto es uno de mis grandes errores… ¿No te pasa que llega un momento del día en que estás cansado de decir a todo que no? Pues bien, ¡sin duda es una de las grandes equivocaciones de la mayoría de los papis!
En lugar de decir tantas veces «no», podemos encarar las problemáticas de manera positiva. Veamos un ejemplo:
Supongamos que tu hijo mayor golpea a su hermanita, por lo general la observación sería «no le pegues a tu hermana»… ¿Y si mejor decimos qué esperamos de él en lugar de retarlo? Podrías explicar entonces: «debes tener cuidado, recuerda que es más pequeña que tú y se puede hacer daño. ¿Por qué no le haces una caricia así (y le enseñamos cómo hacerla)?».
Los peques responden mejor a observaciones tranquilas y cariñosas y además, de esta manera, reservamos el no para aquellas situaciones de peligro que requieren una respuesta inmediata e instintiva del niño, como meter un tenedor en el enchufe. Si estamos todo el día diciendo que no, el no pierde su poder, ¡mejor reservarlo para cuando es realmente necesario!
2. Esperamos demasiado de nuestros hijos
Muchas veces olvidamos que los niños ¡son niños! Aún no han aprendido a controlar sus impulsos y somos nosotros los encargados de ayudarlos a hacerlo ¡sin descontrolarnos! porque sino en vez de mejorar, empeoramos la situación. Siempre ten en mente que tu hijo es un niño, no puedes esperar que se comporte como un adulto.
3. No damos el ejemplo
Lo reconozco: a mí me pasa. Gritamos, insultamos a ese coche que nos ha encerrado en la rotonda… Y luego pretendemos que los niños no griten ni digan malas palabras. Recuerda que el ejemplo vale más que todo lo que puedas explicar.
4. Explotamos cuando no tenemos motivos
Tus hijos están corriendo por la casa, jugando entre ellos, haciendo ruido como todo niño y entonces, te cansas y gritas… ¿Te suena? Ellos están entreteniéndose solos pero a ti te molesta el ruido e intervienes. ¿Resultado? Dejan de jugar, se aburren y ahí comienzan los problemas: peleas, rabietas…
Cuando tus hijos estén jugando solos y tú sientas que el ruido te vuelve loco, respira para tranquilizarte y piensa que mientras estén divertidos, por más ruido que hagan, tú puedes hacer lo que necesites.
5. Amenazamos… y no cumplimos
«¡Apaga ya mismo la tele», «No, no vamos a comprar nada hoy», «¿No me has escuchado? Es hora de ir a dormir»… y luego, seguimos haciendo nuestras cosas, sin cumplir con lo que estamos solicitando.
Lo ideal es solicitar las cosas de buena manera, sin gritos ni amenazas, con explicaciones y luego, ¡cumplir! Si le decimos al niño que puede ver 5 minutos más de tele y luego debe ir a la cama, esos 5 minutos no pueden transformarse en media hora. Hay que ser consecuentes en dichos y acciones para que los peques sepan que siempre hablamos en serio.
6. Usamos la sillita de pensar
Sí, muchos de nosotros usamos la sillita de pensar o el clásico «ve a tu habitación y reflexiona» cuando los niños aún no tienen capacidad de darse cuenta qué han hecho mal. Lo ideal es calmar al niño y explicarle qué ha pasado, por qué queremos que se tranquilice y ayudarlo a reflexionar en nuestra compañía y bajo nuestra guía.
7. Asumimos que todos los niños reaccionan igual
¿Cómo es posible que mi hijo no haga esto o haga aquello si X no lo hace? Pues fácil: cada niño es único y tiene su carácter, sus miedos, su personalidad. No podemos asumir que un niño es igual a otro y sobre todo, no debemos comparar un peque con otro.
Acepta a tu hijo como es, conócelo y ayúdalo a descubrirse.
¿Qué te parece este post? ¿Tú también, al igual que yo, cometes algunos de estos errores en la disciplina infantil?
Creo que cometo casi todos, habrá que educarnos a la vez que educamos, que difícil!!!
Uhy muy bueno este comentario, tengo una niña que va cumplir dos años, pero ya empezó con su carácter y sus rabietas, y muchas pataletas.